CAÍDA LIBRE
Desnudos, como piedras lanzadas al vacío,
corrimos cuesta abajo
empujados por la baja gravedad
de unos cuerpos acostumbrados al frío
y a acabar siempre de rodillas en el fango.
corrimos cuesta abajo
empujados por la baja gravedad
de unos cuerpos acostumbrados al frío
y a acabar siempre de rodillas en el fango.
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